Como es de conocimiento público desde el pasado 28 de mayo se cumplió un mes desde que inició el paro nacional. A raíz de este, los ciudadanos han conseguido acciones importantes como el retiro de la reforma tributaria, la caída de la reforma a la salud, entre otros. Sin embargo, se sigue convocado a marchas en todo el país para pedir al Gobierno Nacional el cumplimiento del pliego de peticiones que ha redactado el Comité de paro.

Lastimosamente el presidente ha sido bastante reacio ante todo esto y decidió militarizar algunos departamentos para mantener el orden, entre ellos Nariño. Se espera que en estos días el presidente se reúna con los jóvenes. Esto y mucho mas se ha vivenciado en nuestro país y por ende en nuestra ciudad de Pasto. la población que se está manifestando legítimamente su aspiración por una Colombia más justa, pues como ya lo hemos mencionado, estamos cansados de tantos atropellos por parte del gobierno y todo ello ha dado pie para un despertar nacional, los colombianos estamos cansados de los abusos y los malos tratos, de la avaricia de los mandatarios y la corrupción en la que hemos estado sumergidos tanto tiempo. El pueblo se cansó de que se sigan robando nuestros recursos, de la represión contra los estudiantes y el abandono a nuestros campesinos.

Se considera como un aspecto primordial que prime la cordura y el respeto por la vida por encima de todas las cosas por eso me parecen tan desagradables todos los abusos por parte de la fuerza pública.

La solución a todo esto sería que se abran más canales de diálogo incluyente, honesto, humilde y abierto, pensando no en intereses personales, sino en el interés supremo de la nación. Que esa sea la herramienta para que nos podamos escuchar, porque podemos ver que en la calle hay mucha violencia, en las redes, y hemos pasado por semanas muy fuertes por eso debemos trabajar juntos y construir el país que queremos, con oportunidades y menos inequidad.

                                                                                                                                                  Por: Diana Sepúlveda